Bárbara, una estudiante de 19 años, fue abordada por un hombre en el colectivo expreso. El masculino de 52 años la drogó con una sustancia desconocida, la amenazó y exigió sus pertenencias, ella se descompensó pero logró bajarse y la ayudó un comerciante. El hombre quedó detenido pero la justicia dispuso que “presenta una disminución de sus facultades mentales que le impide comprender la criminalidad de sus actos” y fue derivado al hospital psiquiatrico de Oliveros.
El miércoles pasado, una joven universitaria vivió un violento ataque cuando regresaba de Rosario a San Lorenzo en el colectivo de línea. Durante el trayecto, un hombre desconocido se sentó junto a ella y comenzó a hacerle preguntas incómodas y personales.
Una hora después, cuando el colectivo circulaba por la calle Illia, cerca de Fray Luis Beltrán, el agresor sacó una jeringa y le inyectó algo en el brazo. Acto seguido, le exigió dinero y la amenazó con hacerle daño si no le entregaba sus pertenencias.
A pesar del miedo y la confusión, Bárbara entregó su mochila al masculino pero antes de que pudiera reaccionar, se bajó y perdió el conocimiento. Cuando despertó, se encontraba con el pantalón roto y su rostro golpeado. Por suerte, un comerciante que presenció la situación acudió en su ayuda y llamó a la policía.
Bárbara fue trasladada al hospital para recibir atención médica y se le realizó un examen toxicológico para determinar qué sustancia le habían inyectado. Aunque aún no se conocen los resultados, los médicos indicaron que presentaba signos de haber sido sedada.
La investigación del caso fue llevada por el Fiscal Dr. Leandro Lucente de la Sede San Lorenzo dio lugar al allanamiento realizado el domingo 26 en Granadero Baigorria, donde se logró la detención de un hombre identificado como R.M., de 52 años.
Según el informe médico forense presentado al fiscal, se determinó que R.M. presenta una disminución de sus facultades mentales que le impide comprender la criminalidad de sus actos y los alcances de un proceso penal. Como resultado, se dispuso su internación en la Colonia Psiquiátrica de Oliveros.
El Juez de Primera Instancia Dr. Cattáneo resolvió no imputar cargos contra R.M. debido a su incapacidad para comprender la criminalidad de sus actos y los aspectos legales del proceso penal. Por lo tanto, se aceptó la internación ordenada por el consultorio médico forense en la Colonia Psiquiátrica de Oliveros. No se dictaron medidas cautelares restrictivas de su libertad y deberá permanecer internado.